Abre la lente y se asoma al exterior, enfoca, dispara, toma la secuencia en movimiento de los coches que pasaban, de la gente que no la miraba; dispara a las palomas, reminiscencias de sol en las torres de la iglesia, deja suspendida el agua de la horrible fuente principal.
Sophia saca un espejo de su bolsa, se toma una fotografía. El rostro descompuesto, las bolsas bajo sus ojos, la mueca de sus labios, el alma encarcelada en una imagen.
Toma una varilla que ha encontrado y arremete furiosa contra el cristalino, y grita, y llora lágrimas que son de sangre.
Ahora todos la observan, pero ella no los ve.
Sophia saca un espejo de su bolsa, se toma una fotografía. El rostro descompuesto, las bolsas bajo sus ojos, la mueca de sus labios, el alma encarcelada en una imagen.
Toma una varilla que ha encontrado y arremete furiosa contra el cristalino, y grita, y llora lágrimas que son de sangre.
Ahora todos la observan, pero ella no los ve.
(esta es una obra de la siempre elocuente y buena onda caramelo de sandia, sigue así y algún dia llegaras a publicar chamaca, chido por ti y salud por eso!!)
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